¡Hola! Soy Chema Leal, coordinador de viajes con 5 años de experiencia en el sector. A lo largo de mi carrera, he tenido la suerte de visitar más de 27 países, cada uno con su propia cultura y tradiciones. Viajar no solo me permite explorar nuevos lugares, sino que también me da la oportunidad de conocer a personas fascinantes de diferentes rincones del mundo. 

Cada viaje es una aventura, y disfruto de la conexión humana que surge al compartir historias y momentos con otros. Para mí, el placer de viajar va más allá de los destinos; se trata de las experiencias vividas y las amistades forjadas en el camino. Estoy emocionado por seguir descubriendo el mundo y aprendiendo de cada viaje que emprendo.

Una de mis historias más memorables ocurrió durante un viaje a Marruecos. Era mi primer día en Marrakech, y mientras exploraba el zoco, me perdí en el laberinto de calles. En lugar de entrar en pánico, decidí dejarme llevar y seguir mi instinto. 

De repente, me encontré frente a un pequeño taller de cerámica. La curiosidad me llevó a entrar, y allí conocí a Omar, un anciano artesano. Nos pusimos a charlar, y en un gesto de hospitalidad, me ofreció un té de menta. Mientras saboreaba esa bebida tan reconfortante, Omar comenzó a contarme sobre su vida, las técnicas que había aprendido de su padre y las dificultades que enfrentaba para mantener su negocio.

A medida que hablábamos, me di cuenta de que el taller era más que un lugar de trabajo; era un refugio lleno de historias y pasión. Decidí quedarme y ayudarlo, y así pasé la tarde experimentando con la cerámica, moldeando el barro bajo su guía. 

Esa experiencia no solo me enseñó sobre la artesanía, sino que me brindó una conexión profunda con la cultura marroquí y una amistad sincera con Omar. Desde entonces, siempre recordaré cómo un giro inesperado en mi viaje me llevó a un momento tan significativo. Me recordó que la verdadera riqueza de viajar está en las personas que conoces y las historias que compartes.